viernes, 23 de octubre de 2015

YO NO SE COMO SE ESCRIBE UNA HISTORIA DE AMOR.





Siempre quise escribir una historia de amor pero tengo pavor a los lugares comunes, a las fichas repetidas, a ese duende pegajoso que vive bajo los edredones de la tentación de cualquiera que no fuera un talento relevante para escribirlas (como yo que no tengo ese talento relevante). Me azota el miedo de zarandear ante el malhumorado juicio de la gente que se apresura por terminar sus rutinas, que hoy debe ir al dentista o que olvido las llaves del auto en algún lugar, la caja de letras con las que se forman melosas prosas de gente que se ama, que es incomprendida a consecuencia del puchero espeso de la vida. No resistiría volver a ver mis poemas de juventud, ni los poemas de juventud con los que mi novia de juventud me respondía. No se puede seguir castigando al mundo con las cursilerías solo a cuenta de amar a otro ser humano. Pero igual, no debo negarlo, me muero por escribir una puta historia de amor. Es más. Debo escribirla. Pero me asaltan dudas. ¿cómo es una historia de amor?. O; una historia de amor es una buena historia de amor o una mala historia de amor. Es la historia o es el amor lo que importa?. Quizás podría hablarles de mi amigo Felipe y su novia Valeria.  Valeria es una piba que tiene todos los pinches ángeles y el aquelarre completo de la brujedad del mundo en uno solo de sus besos de suspiro limeño. Su cuerpo es el vértigo del “Lunch atop a skyscraper”de aquel 20 de septiembre de 1932 en el piso 69 del edificio RCA, pero 20 pisos más arriba. Su pasión es una lengua perfumada en rosas y mil amores, su éxtasis es la más dulce de todas muertes, desprejuiciada, sin religiones, sin otro culto que morir en un gozo de vino y dulce de leche. Su mirada te habla con boca, con lengua, con dientes, de palabras. Y su pequeño abrazo ( la de la novia de Felipe) es el calor y el frio, la vibración y la derrota, la franqueza que se te pega con dos brazos, con dos pezones, con un pubis y con un raro olor a primavera. Pero lo mejor de la novia de  Felipe es esa forma como repintó con todos los colores de la lealtad, el estúpido rostro, antiguo, anacrónico  y caracúlico de la fidelidad. Yo no sé cómo se escribe una historia de amor. Apenas puedo hablar de lo que sé de la novia de  Felipe y describirla así, sin puntos -apartes, ni finales…

(23.10.15)







TODO LO QUE SE PUEDE VER DURANTE UN SEMAFORO EN ROJO AMANECIENDO AL DIA SIGUIENTE DE LA NOCHE DE BRUJAS

  Dos nubes negras, las únicas, empujan al sol y amanece. Las aves que se escuchan por las ventanas abiertas del automóvil, en la desierta a...