domingo, 4 de junio de 2023

Villa Alta vs Villa Baja
EL FUTBOL COMO IRONÍA FRATERNA

En mi barrio, el Gral Diaz de Pilar ( Un paraíso, bañado por el Rio Paraguay enfrente y por el Arroyo Ñeembucu, al costado) los muchachos se reunían cada 31 de diciembre para la gran copa VILLA ALTA VS VILLA BAJA. El acontecimiento recorrió las décadas del 70 y 80 con una puntualidad entusiasta. 
Se dividió el barrio en dos hemisferios, el que quedaba del lado del arroyo Ñeembucú se etiquetó como “ Villa Baja” mientras que desde la calle que empezaba con la casa de Gonzalo Quintana y terminaba en los sillones de Pechecho Sanchez, frente a Manufactura de Pilar, para arriba, era la Villa Alta.
En general, si bien era un barrio dominado por el Club General Diaz ( el aurinegro, equipo del también Pilarense Humberto Rubin) tomaban parte del evento por igual  vecinos de otros clubes e incluso jugadores de otros equipos del futbol pilarense.
La idea que surgió alrededor de la carpintería de don Papo Ocampo era sencillamente reunir a los futboleros ( aficionados y jugadores) alrededor del elemento que los juntó o enfrentó durante todo el año: la pelota y desde allí producir el simbolismo gigantesco de despedir el año con todo lo que representa el futbol: reunión, pelotas divididas, goles, puteadas a un refere, hinchas, cerveza y fraternidad
Los exagerados dicen que hubo años en que la cerveza era tan generosa ( o de mala calidad, una de dos) que los jugadores no recordaban a la noche cual fue el resultado del compromiso de ese 31 de diciembre. Pero era solo una exageración.

ADOLFO MENDOZA, LA MEMORIA Y LA EMOCIÓN
Adolfo Mendoza se emociona al contar los jirones de aquellas historias. Cuenta que durante meses se preparaban para tal evento, confeccionaban banderines, adquirían camisetas, organizaban el sitio de la reunión posterior que casi siempre era la maravillosa avenida de los pinos que lleva al Deportivo Pilarense.

EL JUGADOR VEDADO
Vidal Cesar Mendez fue uno de los mejores mediocampistas que he visto en el futbol pilarense, además de basquetbolista. Mendez es quien una vez - entrevistado por la radio del pueblo- consultado sobre su edad, respondió al periodista:
- Generalmente tengo 24 años.
Pero Mendez tenía un problema: tenía un gilét en los codos. Se decía en el barrio que tenia fama de “ codo haimbé” ( codo afilado) por lo cual se decidió amablemente no ponerlo en la lista de buena fe de los equipos pero si integrarlo plenamente a la farra de fraternidad posterior.

CAMION VERSUS A PIE
En Pilar todas la distancias son cortas porque no hay pendientes. Es una planicie. Los partidos normalmente se jugaban en el estadio del Club General Diaz que paradójicamente no se encuentra en el Barrio General Diaz sino en los bordes del Barrio Obrero, entre las calles 14 y Alberdi.
Cuenta Adolfo que la mayor parte de las veces el equipo de Villa Alta iba caminando hasta el estadio o a veces una parte iba en la carrocería de la camioneta de Kiriki Diaz cuya capacidad era solo para 4 personas.
Pero la Villa Baja casi siempre se desplazaba en un camión de cargas. Lo genial es que iban recogiendo de ida hacia el Estadio ( previo escrache en las calles) a los componentes del equipo rival que rumbeaban hacia el estadio.
Antes de ir al Estadio pasaban por un negocio de bebidas cargaban un tacho con cerveza y le arropaban con hielo para que al final del partido, en la calurosa tarde del 31 de diciembre, la bebida estuviera impecablemente fría.

PIONEROS DEL FUTBOL DE PLAYA
Pero en su  origen del certamen no se jugó en el estadio del Club General Diaz sino en las playas del Arroyo Ñeembucu en la zona conocida como Gadea Bajo, donde de alguna manera estos muchachos fueron bien precursores de lo que se llama hoy el futbol de playa

20 AÑOS DE HISTORIA
20 años duró el certamen, año a año, sin interrupciones. Con su misma rutina siempre. Preparacion, jornada deportiva y farra compartida hasta que en muchos casos los jugadores eran buscados desde sus casas porque noche del 31 ya estaba encima
El sitio del festejo? Unos años fue frente a la carpintería de Don Papo, otros años frente a lo del Pintor don Marzano. Las señoras y las novias ponían un tentempié con las especialidades del dia ( sopa Paraguaya, kuré al horno, etc) para que la celebración no suba a la cabeza tan pronto

LOS EQUIPOS MEMORABLES
Se recuerdan algunos equipos memorables: en la Villa Alta por ejemplo los vecinos “polacos” Kaleniuska y Zanikorski,  los hermanos Mariano y Oscar Ocampos, Hugo y Ruben Salinas, Moncho López, Juan Rabito Albera, Atón,  Viki Ozuna
En la Villa Baja militaban varios jugadores de la primera absoluta e incluso de la selección pilarense como Antonio Ocampos, Patrocinio Gutierrez el atropellador Tanque,  el mago de la creación Bebito Rivas, esa maquina de cortar césped en la defensa que se llamaba Lucas Benitez, Francisco Marzano, Adolfo Mendoza, Basilio Sanchez, entre otros.
También jugaron, Moncho Torres, Pato Jimenez, Miguel y Hugo Troche, Lekobaka Martinez,  Keke Quintana, Alfredo “ 2 de oro”,  Sixto Huell,  Oscar  y Ruben de Felicce, Pablo Guerrero,  y otros que fueron participando en  dos décadas

LA LINEA ANFIBIA
En los años en que Papalo Gimenez venía de la Argentina integraba el equipo de Villa Baja y por momentos compartia el partido con sus dos hermanos. En ese preciso instante se armaba, de acuerdo a sus “marcantes” los que los historiadores de este certamen dieron en llamar “ la línea anfibia” : Surubí – Carumbé y Mandi-í

ESTADISTICAS:
Las estadísticas señalan que la Villa Alta conquistó 9 victorias mientras que la Villa Baja obtuvo 11

DOBLE FICHAJE
Cuando fueron arribando a los veinte años de competencia, el certamen entró en declive en gran medida por la migración de los muchachos hacia Buenos Aires, Corrientes, Asunción, siguieron jugando por varios años pero como la Villa Alta sufría demasiadas deserciones por ausencia, decidieron confrontar solo como “ Solteros contra casados”
En este marco hubo una controversia famosa. Uno los casados tenia fama de mujeriego y de causar estragos en la población de muchachas solteras del barrio. Antes del Partido, en aquel memorable año, el equipo de Solteros presentó protesta antes del partido y logró su exclusión “ por doble fichaje”.

0
Los encuentros de la Villa Alta Vs Villa Baja en el Barrio General Diaz de Pilar ya forman parte de la memoria histórica de este rincón pilarense; barrio que recibe todos los días, hace casi un siglo a miles de trabajadores de la fabrica de Tejidos, Manufactura de Pilar SA
El resto de esta historia la contarán las fotos que se anexan. 
Solo queda recordar que no hay mejor historia universal, que la cuadra donde nacimos.-
000

Basado en el relato y fotos de Adolfo Mendoza entrevistado por Mario Dos Santos Sil

Girasol ingirasol

  

Hay un girasol que estúpidamente mira a la pared y una pared, obviamente. En la ventana hay un puente de sol invasor y tangible con su cola de cometa de  polvo en suspensión y una  voz baja que se pregunta,¿por qué se me ocurre criar un girasol?.


Una hora después de insistir con escribir una historia que no terminaba de hornear, volvió a mirar a la flor de girasol recién adoptada, desgreñadita, macetita con un raro garabato inca o quizás una invocación a la era de acuario. Tiene lógica que sea esto ultimo porque la compró de Areguá. Ella, la flor de girasol, no miraba a la ventana sino se obstinaba en cabizbajear mirando a la pared.

 

, ¿ ei,  piba, que hacés mirando la pared?. Hay un sol, ahí, afuera, que te abriga, que te envuelve, que te llena de blanco en esa mañana de junio. Pero ella, la muy girasol, solo miraba a la pared. 


Una hora después caminó hasta ella y lo hizo: giró el rostro  de la flor hacia la mismísima plenitud del sol. A donde pertenece, pensó. Ahí tenés sol, capaz y no te diste cuenta, dijo en cierto tono que sonó a reproche.


Era el sol de las 10 am, humanamente imposible mirar. La dejó allí, arrollada por la luz en el rostro amarillo sol, mirando hacia el ventanal de deliberadas cortinas des-corridas mientras él bajó a tomar un desayuno. Los dejó solos. Los presentó antes: Sol, girasol, girasol, sol.


No demoró mas que 20 minutos en la mesa de la cocina. Una tostada, muy tostada, manteca, mermelada de Areguá y el café arábigo de Canindeyu. Tras enjugarse la boca y dejar que la sagrada bebida hamaque su ultimo trago en la maravillosa lengua; subió de nuevo a la biblioteca. Maldición. Se había nublado. No había sol. El pajero sol se perdió en la nubosidad durante el tiempo en que estaba desayunando. 

Y el girasol. El girasol  hundía sus ojos en los nubarrones desgraciados de otoño, oscuros como un vaso de Eiti Leda, jamás volviendo la cara hacia la lámpara encendida, por ejemplo. Siempre desolada, nunca insolada. 

Quedó mirándola con el pecho agobiado por el peso de la culpa. ¿Me perdonas? murmuró y percibió como un hombro de la girasola dijo algo así como no importa, o quizás,  olvídalo, sin dejar de mirar el afuera donde ahora lloviznaba.

 Un gusto conocerla girasol ingirasol y de aprenderla en su inmensidad, dijo con la voz tomada por la emoción. Héctor empezaba a comprender que estaba a media cuadra de ser feliz. 


Ads/Feb.23.-





(foto) Detalle del girasol dando la espalda al sol. Gabriel Masfurroll Lacambra / GML

TODO LO QUE SE PUEDE VER DURANTE UN SEMAFORO EN ROJO AMANECIENDO AL DIA SIGUIENTE DE LA NOCHE DE BRUJAS

  Dos nubes negras, las únicas, empujan al sol y amanece. Las aves que se escuchan por las ventanas abiertas del automóvil, en la desierta a...