domingo, 18 de agosto de 2013

FRETES-I


Fretes-í

De chico lo conocimos así. Era retacón, había algo de rubio en los vestigios de su pelo espinado y siempre cortado a cero, como castigado por don Pereira el peluquero de la esquina. Fretes-í aquel que al saludarte te hincaba con el dedo entre las costillas hasta ocasionarte dolor, el que se animaba a tomar un sapo con las manos e introducírtelo, en un descuido, bajo el cuello de la camisa. El que siempre parecía enojado, a sus 10 años.

Era Fretes-í el que se hizo famoso por su animadversión con los payasos. Eran los tiempos en que se los empezaba a contratar para los cumpleaños infantiles y eso ponía muy felices a los niños del barrio. Pero lo de Fretes-í, no tenia nombre. Apenas empezaba la función y cuando “daba gusto”, allí cuando los payasos hacían el famoso numero de sacar chocolates del sombrero, era cuando irrumpía Fretes-í, con lo de siempre: les asestaba una certera patada en los testículos, che.

Al principio se pensó en el barrio que era un hecho aislado, pero en la medida en que pasaban los cumpleaños y los payasos, se repetía lo de Fretes-í: comenzaba confundido entre los demás chicos , aparentemente feliz con los pases mágicos y las ocurrencias de los payasos, y luego saltaba de improviso, y paf!, la patada.. allí.

Lo jodido era que los pobres payasos acusaban con bastante molestia y la natural paralización – conocida en guaraní como el efecto pyaká, intraducible al español- y algunos de ellos quedaban tendidos en el piso, como cuando los jugadores de futbol reciben un pelotazo en las partes bajas. Incluso, Francisquito, hijo del doctor Gamarra, que conocía algo parece, les ayudo en varias ocasiones, alzándoles las piernas hasta que se recuperaban. Interín los chicos se morían de la risa y Fretes-í, hacía lo de siempre, abandonaba el cumpleaños; algunos aseguran que preso de una enfermiza carcajada que recorría varias cuadras.

La cosa se había puesto muy seria ya, tanto que se había conformado por ese tiempo la ASOPACUMPLEPI ( Asociaciòn de Payasos de cumpleaños de Pilar) y su propio presidente, Desiderio Mario Martinez se llegó hasta la casa paterna de Fretes-í a denunciarlo con sus padres. Al final no pudo hacerlo con comodidad porque en el fondo de la sala se instalò Fretes-i y en la medida que Martinez relataba los hechos a sus padres, éste les enseñaba un dedo amenazante.

Como el chico reincidió varias veces más, ( lo del cumple de Marcio Chavez ya fue escandaloso porque al payaso Plin Plan Plun tuvieron que reanimarlo en urgencia de IPS), la ASOPACUMPLEPI decidió emitir un documento por el cual anunciaban que ya no trabajarían en cumpleaños donde asistiera Fretes-í, e incluso leyeron por Zp12 el comunicado, escrito por cierto en un tono respetuoso, casi comprensivo, quizás por tratarse de un menor, o quizás por el temor que éste ya había despertado en el gremio.


Hubo un intento, ahí, del mánager del Yunke Perez, el boxeador del pueblo, de poner a disposición de la ASOPACUMPLEPI un par de protectores de partes bajas de esos que se utilizan en las peleas, pero los nobles integrantes de esta asociación, todos payasos buena gente, gente seria de la comunidad, creían que este gesto solo serviría para asumir con normalidad lo que a todas luces parecía un gesto inapropiado de éste niño del Barrio Gral Díaz.


Se supo de varias intervenciones nuevas de Fretes-í, sin estar siquiera invitado, incluso con el recurso de ponerse un bonete de cartón y un bigote de plástico, para ingresar clandestinamente a los cumpleaños.

Finalmente la ASOPACUMPLEPI, cortó por lo sano y decidió suspender sus actuaciones en el Barrio General Díaz, aquel año, previo rechazo de una propuesta de la Policía de apostar a agentes de civil, y con pantalones cortos, en los cumpleaños para detectar a tiempo la presencia de Fretes-í.

La familia Fretes se mudó ese año a Asunciòn y no supimos mas de èl, hasta que este domingo lo encontré, en la Parroquia de la Sagrada Vendimia, 30 años después, en el momento en que me suministraba la comunión. Quise saludarlo, pero yo estaba con la lengua afuera y él muy serio en su rol de pa-í.-

miércoles, 7 de agosto de 2013

El cerro de Gabriel.



                          El cerro de Gabriel.




Nació allí. Vivió su vida de mitaí entre el pedregal, el viento sur y los árboles con copas inclinadas hacia el norte. Aún recordaba a algunos pobladores indígenas que subían a veces a cazar hasta la cintura del cerro, de relumbrones le volvían las memorias de dos o tres encuentros con aquellos hombros y mujeres recios, tan dueños del sitio, conversando con su padre y una vez discutiendo por ciertos hábitos de entrar sin permiso a la pequeña propiedad de la familia.

Ese cerro era el único mundo conocido por Gabriel. Nunca fue a la escuela, ni bajó a misa. Prefirió, tomar el hacha y la azada y asumir el viejo rol de labriego de su padre, muerto tan temprano, confundido por una expedición de Pastor Coronel con algún guerrillero escondido tras un frustrado atentado contra el dictador. Nunca se olvidó de aquella mañana de 1976. El golpeteo de una metralleta, la corrida entre los matorrales y los 10 policías de civil, mirando a su padre yerto, como un venado, con los ojos abiertos de muerto.

Pasaron muchos años. Murió su madre y sus hermanos fueron lejos, jamás le escribieron porque no podía leer. Vivia de la tierra, del maíz, la mandioca, el poroto, los pocos frutales. Las pocas provistas que necesitaba (y aun las pilas para su viejo transistor) era la paga que recibía por el permiso de caza de sus amigos de abajo que todos los fines de semana buscaban conejos, aves, lagartos.

La pequeña casa, que alguna vez fue de horcones de madera y paja, fue reemplazada hacía 20 años por paredes de piedra. Estaba en la cima, protegida por un abrazo de arboles viejos y una docena de robustos pinos que le trajeron unos agentes del ministerio de agricultura a principios de los 80. En los ventarrones del sur, al llegar el frío, o en las tormentas del norte  los fines de año,  esos arboles armaban una bulla inmensa, semejante a voces gigantescas que narraban todos los dolores del universo.

Frente a la casa había un limpiada de tierra negra donde en las siestas de invierno o en las tardecitas de verano, Gabriel se sentaba, con la jarra de aluminio baqueteada por el tiempo, a tomar su terere. Le encantaba mirar arriba y sentir como las cotorras traían sus noticias de la siesta en los añosos arboles oscuros, luego giraba el rostro hacia sus pinos donde no posaba ave alguna. Pensaba en la sabiduría de la naturaleza que bajaba sus aves en los arboles sin sonido, mientras los pinos, que quejaba sus troncos y aullaba sus ramas y sus hojas permanecía siempre desiertos de pájaros.

Un día de fines de los 90, llegaron estos jóvenes. Tomaban fotos y estaban felices de mirar el valle que se veía magnifico desde arriba. Le ofrecieron una paga por permitir que la gente pudiera llegar hasta la cima, y sentarse en bancos que pretendían instalar para mirar lontananza. ¿ Y me pagaran solo por mirar?, se pregunto Gabriel. Si, solo por mirar, le respondieron. ¿Pero seguro que no quieren también mandioca o zapallos de mi huerta?. Uno de los visitantes, le palmoteo el hombro y reitero: no, le pagaremos una entrada solo por permitir que la gente llegue a su casa y se siente a contemplar el valle desde arriba. Nosotros instalaremos bancos, unos baños y con eso basta.

Gabriel aceptó sin comprender aun la dimensión de la propuesta. En pocas semanas estaban instalados los bancos, los baños y la gente empezó a llegar. Llegaban los fines de semana. No eran muchos, gente respetuosa. Ni hacían fogatas ni cocinaban, solo llegaban a sentarse y contemplar. Al terminar le dejaban una paga y volvían.

Así siguió todo la primavera y el verano, y el otoño. Las visitas declinaron en invierno, no tanto por el frío como por las dificultades del camino mojado por las lloviznas de Julio.

Fue un domingo de esos, de soledad, cuando Gabriel, salió por primera vez a mirar su valle, en 40 años. Se sentó en el banco,  cerro los ojos, primero, para sentir aquellas fragancias  que una canción que escuchaba en la radio prometía en estos versos:

Oiméne hyakuã põrã
yvytu cerro-gui oúva
amambái ryakuã oguerúva
ka'aru ro'ysã põrã.

Luego abrió sus ojos y empezó a recorrer el mundo que se abría abajo, las ondulaciones de un caminito que subía donde él, los faldones verdes de arboles serios y praderas frescas en escalones hacia abajo, los pueblitos de pocas casas con sus rojos techos de teja,  las vacas, el arroyo lejos muy lejos con su agüita de cielo.
Fue cuando decidió que era tiempo de tomar ese camino, descubrir el mundo allá a sus pies, y , por sobre todo, ver como se ve su cerro, desde donde vive la gente.-


Augusto dos Santos
Incienso y choripán. Ag.13

martes, 6 de agosto de 2013

AMANTES




Amantes.

El relato social sobre el amor esta ahogado por un cruel y ancestral sentido de culpa .Se abroga un sentido criminalístico para invertir su mas bella palabra : “amantes” para el amor de una persona en matrimonio o noviazgo con una tercera persona, incursa o no en otro matrimonio o noviazgo, igualmente. Lo peor es que el “macarrismo moral” (Serrat dixit) opto por utilizar con sentido de sanción una palabra como “amantes” quizás con el miserable fin de condenar mucho mas el ejercicio del sentimiento que la relación “irregular” ( el entrecomillado deplora el tèrmino).

Con pocas luces por cierto, casi las de una chalupa en el mar, arroja un salvavidas de contradictorio sentido para etiquetarlos con el nombre de “amantes”; lo cual es torpe desde donde lo mires, porque a quien no le encantaría que dos chicos que solo se aman a ellos mismos ( y no con un tercero, diríamos) fueran también “amantes”, atendiendo que amantes es una bellísima expresión que define la dinámica del concepto raíz.

Una muchacha que estudia es una estudiante, un señor que vigila es un vigilante, porqué razón pues, el amar permitido, tanto como el prohibido, no provocaría la condición de amantes?. No puede ser uno el amante de su esposa?

Que quita, por ejemplo, que vos seas el amante de tu novia?. ¿qué sos entonces? No-amante?. "Pero que bien", - diría mi tía - el hombre que tiene el buen gusto de compartirla, y ella la dulzura de seguir los mandatos de la pasión del touch and go, suscitan ante si y per se, la condición social de amantes, mientras, vos que la amas y ella que también te ama, son…novios, relación, “si salimos”, “estamos juntos”, esposos.

Hipocresía, hipocresía, la rancia tinta del relato social.-

lunes, 5 de agosto de 2013

El hoyo de Puerto Esperanza.


El hoyo de Puerto Esperanza.



Puerto Esperanza era un pueblo ribereño, cuyo nombre figuraba en los libros de lectura porque era la cuna de la independencia. Mas que cuna. Era la cama, porque se sabe que allí fue que los próceres engañaron al representante del rey durante una partida de dados y le obligaron a firmar renuncia y manifiesto de independencia. Después de aquello, en 1803, nada, el pueblo no fue noticia nunca. Salvo a partir de este día que aquí se relata.

Todo empezó una madrugada cuando Toribio soñó con aquel tesoro. Toribio hablò durante el mate con su esposa Graciela. Graciela conversó con el vecino Leandro, Leandro le dijo que hable con su compadre Felipe que tenia “la maquina”.

A la tardecita Toribio estacionò su camioneta frente a la casa de Felipe. Toribio se dedicaba a los negocios de frontera y le iba bien. Hacía solo 4 años vendía yuyos frente a Aduanas y ahora era dueño de un supermercado, una casa de respuestos y una playa de autos “IquiqueCar”, todo gracias a sus habilidades en el paso fronterizo de mercaderías y su capacidad para el intercambio diplomático con los vistas de aduana de una y otra orilla.

En el mismo portón, fiel a su estilo pragmático revelò a Felipe su sueño. Soñé que el Mariscal enterró una carreta repleta de oro bajo el piso de la casa del Procer Gimenez, la relató, y he visto en detalles el tesoro y el lugar donde esta escondido.

Felipe, dueño de una desvencijada maquina detectora de metales de la década del 70, pero famoso por sus hazañas de recolector de cucharas, fusiles y botellas vacías en los campos de Curupayty, lo mirò con entusiasmo. Creía en los sueños. En rigor, su principal fuente de recursos era la quiniela.

-       Y hay que ver nomas ya don Toribio – respondió.

Toribio prometió hablar con el Intendente de Puerto Esperanza para poder acceder a la casa del Prócer Giménez, una residencia colonial, declarada patrimonio universal por la Unesco, donde no solo nació y vivió el héroe de la Independencia, Nacianceno de los Dioses Giménez y Mattos, sino porque se había detectado en el gran patio de la vivienda un árbol Baobob, una especie proveniente del Africa ecuatorial, declarada en riesgo de extinción y que los historiadores suponen fue sembrado por algún esclavo negro, quizás tras la proeza de transportar y sostener vivo su fruto y sus semillas. De hecho era el único de su especie en todo el continente y se calcula que para su altura actual debió transcurrir - cuanto menos -260 años.

El Intendente Mendieta lo recibió en su casa esa noche. Debió aguardarlo un rato porque la reunión con los dueños de casas de juego duró mas de lo previsto.

Conversaron un rato de política y luego fueron al grano, o al gramo. Le explicó su sueño y le conversó sobre la posibilidad de hacerse multimillonarios en un santiamén.
-       Mañana mismo hablo con mi Junta – anunció el intendente – “hay pue ahí un problemita , pero vyro rei es, por el tema de que es la casa del Prócer y el árbol que esta en el patio, pero vamos a poner nomas todo otra vez en su lugar cuando se termine , ajepa…”
-       Claaaaro…- respondió Toribio- aquí la comunidad es la que va a ganar Intendente, imaginate que le damos una parte ( podemos decir 50 por ciento) a la municipalidad y el resto para nosotros pues..
-       Nei katú – animò el Intendente – “ya le hablo al secretario para que redacte un pedido de permiso y vos le envias a tu técnico que vaye a verificar si hay metal allí…”

Al día siguiente el buscador Felipe ya empezaba su prospección con una maquina rara, que hacia ruidos por todas partes, con un comando parecido a una desmalezadora y extremidades arácnidas de cobre que imaginaba un todo parecido a los alienígenas buscados por los Hombres de Negro.

Para el mediodía se produjo el primer resultado positivo. La maquina hizo un silencio y después exclamò un sostenido pitido, distinto al resto de sus expresiones, justo debajo de la Mesa Libertaria. Este mueble donde – según el rescate histórico- el amanuense Diego Facundo Ginés de Saltiviejo había redactado el primer borrador de la proclama independentista; y donde, propiamente, se había leído y suscripto posteriormente la redacción oficial con la presencia del Obispo rebelde Jose Maria y Jesus Martinez Provenzal.

Para la tarde encontraron otras dos evidencias, una bajo el dintel de la puerta de acceso a la Capilla privada de la casa y otra, pucha, justo bajo el gigantesco baobob del patio.
-       Alli hay fácilmente, por el ruido de la maquina, cinco mil o cinco mil quinientos kilos de oro, nde barbaro … - aventuró el buscador en la tarde, durante un mate compartido con el empresario Toribio y el Intendente, sentados los tres en la trastienda del surtidor de bebidas del jefe comunal. Hay que moverse nomas ya –agregó.
-       Y que necesitamo – respondió servicial el intendente
-       Yo voy a poner toda la inversión – se anticipó Felipe- hay que meter maquinaria allí, una retroexcavadora, porque parece que el tesoro esta a 10 metros por ahí…
-       Avancemos – cortó el intendente.

En la sesión de la Honorable Junta Municipal, al día siguiente ( los jueves no se reunían pero el Intendente convocó a una extraordinaria para hablar con urgencia sobre la situación del asilo de ancianos) se diò entrada al tema.







Los concejales que fueron previamente conversados por el intendente, no tuvieron grandes reparos en aprobar la prospección por la importancia de “inyectar a las arcas municipales recursos para asistir a los pobladores mas carenciados de la comunidad”. Tampoco se puede decir que a la reunión le faltara rigor porque a renglón seguido presentaron al “Arqui” Leguiza, un conocido constructor del pueblo, que en los setenta había hecho el probatorio de Arquitectura, quien presento lo que llamaron un plan de contingencia arquitectónica.

Consistía en evaluar la posibilidad que la vivienda histórica sufriera algún tipo de desmoronamiento o su estructura sufriera algún deterioro; ante lo cual se desataría el operativo consistente en reemplazar la casa colonial por un “Chalet histórico” , diseño que surge de un número amarillento de la “Popular Housing” un catalogo de viviendas de suburbios de clase media en la California de los 60, que – vale aclarar – se exhibió en la sesión.

El concejal y dirigente deportivo Ricardo Hermosa fue el mas renuente, “atendiendo la importancia a nivel universal del sitio donde se desarrollara el operativo” dijo,  y pidió, que se tuviera en cuenta aislar durante el desarrollo de la búsqueda todo el mobiliario y los documentos de Casona histórica, para lo cual ofreció su solariega vivienda del Barrio Los Lirios, una urbanización coqueta, poblada de nuevos ricos.

A las 9 acabó la sesión con la suscripción del documento intitulado “ Todos por los pobres” , un compendio interesante de 398 páginas que traía todos los datos del Censo, el informe sobre desarrollo humano y el ultimo proyecto del Gobierno de Franco para eliminar la pobreza en Paraguay.

En el capitulo resolutivo, la maestra Reinalda que había redactado el documento, incluyó una amplia referencia a los beneficios que podría otorgar el hallazgo de tanto tesoro y su capitalización en un 50 por ciento a favor de la Municipalidad, para algunos planes específicos, a citar,  ( y se copia textual) ,  “entrega de una moto-carro a cada pobre reinante en el distrito”, “ construcción de soluciones habitacionales en el Barrio Mburucujazz” , “Construcción del portal de entrada al distrito, con una fuente de agua, dos leones y una replica de la Virgencita del Carmen de 20 metros de altura”, “apoyo al deporte con entrega de aportes para la edificación del Estadio Hermeregildo Urruttia , justamente en el año del 5to aniversario de la Conquista de la Copa del Buey, conquistada por los muchachos del pueblo” y finalmente una importante inversión destinada “ a la promoción de la agricultura familiar, principamente en el incentivo de los productos tradicionales  del pueblo, el kaarurupé, la perdudilla y el taropé”.

A las 11 se inicio el movimiento en la Casona Colonial. Se retirò el Cartel de la Unesco que declaraba reliquia universal para abrir un portón accesorio de manera que pudieran entrar y salir tres retroexcavadoras. Los muebles y documentos se cargaron a un camión y se destinaron en fiel resguardo a la vivienda del concejal Hermosa.  Al mediodía llegaron las máquinas y empezó el operativo.

Al primer día, el fiscal designado de la obra, Juliancito, un muchacho que terminaba el Bachillerato en salud en el colegio del pueblo, despierto y aplicado, sobrino del Concejal Denis, informó que solo se habían registrado algunas rajaduras en la pared tras llegarse a los 4 metros en la primera jornada. A la tarde del día siguiente Julián informó que hubo un leve desplome de todo el ala oeste de la casa, pero que tejas y piso serian amontonados ( los que quedaban enteros) para su posterior utilización.

Al día siguiente se redacto un boletín que se difundió por la única radio del pueblo que señalaba que en el marco del proyecto “Todos por los pobres del pueblo”, se informaba de la caída total del edificio, pero que por otra parte, estaban muy entusiastas porque el hoyo había alcanzado los 10 metros y que al dia siguiente empezaba la segunda excavación bajo el árbol africano. “Estamos cada vez mas cerca de la prosperidad”, acababa el informe. En el pueblo se escucharon bombas de estruendo, en todos los barrios.

La maquina de Felipe ya no paraba de sonar, era un solo largo pitido que si no fuera por su dulce promesa de oro para todos hubiera sido una molestia infernal.

Es mas, el segundo día calló un rato ( por falta de baterías) y hubo una estampida en el pueblo rumbo a la excavación por el temor que sucediera lo peor: que se certificara la desaparición del tesoro! ( pase mágico maldito que los espíritus malos dueños de los tesoros producen a veces para vengarse de la voracidad material de la gente). De inmediato repusieron las baterías, volvió a sonar el pitido, pero - para mas tranquilidad - organizaron a media cuadra un altarcito a la Virgen de las Minas, donde las señoras del pueblo empezaron a rezar en voz muy alta un rosario interminable, tan persistente como el pitido.


Al quinto día por la tarde la alarma del Centro de Preservación del Patrimonio Universal, en París, sonó. Los científicos a cargo detectaron que en un país del sur de América había desaparecido totalmente del sistema de control satelital una vivienda histórica. Solo se pueden ver desde arriba unas máquinas amarillas moviéndose en el lugar – dijo en mal francés un urbanista Neozelandés que trabajaba en el monitoreo satelital permanente.

Justamente:  al sexto día se terminó la etapa denominada, “limpieza total del área de prospección” que no era ninguna improvisación sino estaba descripta en el plan del “Arqui” Leguiza.  El pozo había alcanzado los 20 metros, ya no solo correspondia al área de la vivienda sino se extendía hasta el final de la calle y toda la cancha de Volleybol del Almacén “Rey de Copa”

Un detalle. También, por razones organizativas, habían “relocalizado” el árbol africano de 260 años, que en momento en que caía algúna vecina, conocida por sus expresiones ácidas alcanzò a decir..” plaga reí nio pea”. El árbol fue depositado al fondo del patio, a resultas de la resolución que tome sobre su destino la Junta Municipal en su próxima sesión.

Para el decimo día, el cráter tenía una dimensión importante. Era todo el Barrio La Uniòn, mas porciones considerables de los barrios Mainumby y Loma Soñada, el ala norte del Cementerio y algo así como toda la cancha del deportivo 26 de Junio, menos el área grande del norte, incluyendo el arco de ese sector que permanecía firme, al igual que las banderitas de esquina, que flameaban inocentes.

El pueblo se había sumado a la frenética búsqueda del Tesoro y con palas y picos se lanzó al interior del hoyo gigantesco, miles de personas paleando al mismo tiempo en una cavidad  que para la madrugada del dia 16 ya había alcanzado  110 metros de profundidad  por 12 hectáreas de redondo, ya no existían casas en Puerto Esperanza, apenas el rio para un lado,  contenido por un frágil muro y el puesto de peaje municipal de la ruta de acceso, donde sobrevivia Diego Armando Espinoza, el único Puertoesperanceño que moraba en la superficie.

Fue en la mañana del día 13 cuando Diego Armando escuchó ese estruendo. No fue una explosión, fue un ruido sordo, a tierra, a piso, a desplome. Salió de su casilla, se saco el desteñido Kepis que rezaba “Fernández Diputado” y se rascó la cabeza para tratar de entender lo que veía enfrente. A pocos pasos el suelo se había tragado a Puerto Esperanza. Solo quedaba un inmenso cañadón y el valle abajo cubierto por el derrumbe con una falda de tierra oscura. Y Nada mas.
-       Ohó la ñande pueblo poraitè..” alcanzo a decir.
Subió su terere a un bote y navegó el rio buscando otro sitio donde seguir viviendo.-


Augusto dos Santos, 05/08/13

TODO LO QUE SE PUEDE VER DURANTE UN SEMAFORO EN ROJO AMANECIENDO AL DIA SIGUIENTE DE LA NOCHE DE BRUJAS

  Dos nubes negras, las únicas, empujan al sol y amanece. Las aves que se escuchan por las ventanas abiertas del automóvil, en la desierta a...