Amantes.
El relato social sobre el amor esta ahogado por un cruel y ancestral sentido de culpa .Se abroga un sentido criminalístico para invertir su mas bella palabra : “amantes” para el amor de una persona en matrimonio o noviazgo con una tercera persona, incursa o no en otro matrimonio o noviazgo, igualmente. Lo peor es que el “macarrismo moral” (Serrat dixit) opto por utilizar con sentido de sanción una palabra como “amantes” quizás con el miserable fin de condenar mucho mas el ejercicio del sentimiento que la relación “irregular” ( el entrecomillado deplora el tèrmino).
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Una muchacha que estudia es una estudiante, un señor que vigila es un vigilante, porqué razón pues, el amar permitido, tanto como el prohibido, no provocaría la condición de amantes?. No puede ser uno el amante de su esposa?
Que quita, por ejemplo, que vos seas el amante de tu novia?. ¿qué sos entonces? No-amante?. "Pero que bien", - diría mi tía - el hombre que tiene el buen gusto de compartirla, y ella la dulzura de seguir los mandatos de la pasión del touch and go, suscitan ante si y per se, la condición social de amantes, mientras, vos que la amas y ella que también te ama, son…novios, relación, “si salimos”, “estamos juntos”, esposos.
Hipocresía, hipocresía, la rancia tinta del relato social.-
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