"OCTAVIO OCTAVIANNI Y LOS PARAGUAYENSIS"
Uno no puede olvidar aquel proyecto de crear un grupo musical y triunfar por el mundo que surgió cuando cursábamos el 5to de la secundaria en el Colegio Italiano de Pilar. No era un proyecto cualquiera, era realmente soñado. Todo empezó cuando fumábamos clandestinamente en la esquina de 14 de Mayo y la casa de don Fretes, nuestro sitio de conspiraciones en cada recreo, donde un arbolito se combinaba mágicamente con un recodo del muro del colegio.
En realidad fue uno de los proyectos mas cuidados de nuestra historia personal, trabajamos meses en la idea. La banda de temas internacionales iba a llamarse Octavio Octavianni y los Paraguayensis porque nuestros atisbos marquetineros nos decían que tenia que tener un líder visible y un nombre homogeneizante ( Paraguayensis).
Lo de Octavio Octavianni era por Ramon Octavio, o Pepin, quien claramente apuntaba a ser la figura central del grupo. Bah… también discutimos un poco de los riesgos de que una figura así se tiente mas temprano que tarde en lanzarse como solista, pero decidimos correr el riesgo.
En la segunda semana de la planificación del Grupo Musical, en una jornada nocturna en el Bar La Foca surgió una idea brillante: tendríamos un grupo numero dos, formado por las mismas personas pero dedicado al folklore. Ya en la madrugada bautizamos a este grupo con el inquietante nombre de “Los hijos de la Virgen”.
El siguiente mes dedicamos completamente a los aspectos formales de la banda. Escogimos un traje característico (que era muy propio de los grupos de fines de los 70) optándose por el satén blanco y un cinturón magenta. Solo nosotros y la selección de basquetbol de Pilar tenían un uniforme tan vistoso. Ah, perdón y nuestro propio equipo de basquetbol del 5to curso, los memorables Power Wings, que se hartaron de ganar todos los campeonatos, por tres años, en el Colegio Italiano. No voy a entrar en detalles, para no cansar ni presumir. Bah.. el técnico era yo.
Volviendo al Grupo Octavio Octavianni y los Paraguayensis, fue muy interesante la tarea posterior que debería ser un ejemplo para diversos grupos que nacen, esto es: la adecuada planificación. Con Pepin Borba, nos encerramos por semanas en la discoteca de ZP12, la radio de Pilar, con la anuencia de Faustino Salcedo, su encargado, solo a escuchar música e ir escogiendo repertorio.
En el tercer mes, trabajamos la planificación de las presentación. Dijimos - durante un “terere puku” que duro toda la noche en la casa de Tale Galeano - que habría que empezar con humildad y con una gira departamental, para lo cual iba a pedirse consejo a Amparo Flores, sobre las pistas con mayor afluencia del amable publico.
Con Japones Burgues, ducho manager, planificamos una segunda etapa del Grupo mirando ya hacia la Argentina. Mision Laishì, Pampa del Indio, Quitilipi, Pampa del Infierno, Las Palmas, La Leonesa, Herradura, Piranè, figuraban en la planificación del conceptual Nordeste Argentino. “Ya llegaremos a Corrientes y Resistencia después” dijo Waldy, con una prudencia muy sabia.
Fueron maravillosos tres meses, que cualquier persona que planifica el nacimiento de un grupo musical debería tener en cuenta para asegurar esta delicada etapa.
Hasta esa tarde del tercer mes, en la que Chicho Vázquez recordó que ninguno de nosotros tocaba instrumento alguno. Y que nadie cantaba, por citar otro detalle que él consideró importante.
Y bueno. Así es como el mundo se perdió lo que podría haber sido un grupo legendario.-
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